CIRCOS Y LAGOS

 Circos y lagos. Viernes, 30 de junio

Itinerario: Gavarnie-Cauterets

Pernocta:  Area de autocaravanas de Cauterets (42.8865, -0.1153).11,50 euros

Al entrar la noche llueve y lo hace con ganas pero después transcurre sin lluvia y tranquila.

Por la mañana lo primero que hago es abrir el oscurecedor y veo que la niebla cubre parte de la cima de la montaña que tenemos frente a nosotros. Está nublado y los pronósticos dicen que a partir de las 10 el sol saldrá entre las nubes a ratos. No me lo creo. Lo que sí hace es frio. Unos 12 grados.

Resignados porque el tiempo no parece cambiar, a las 9,30 iniciamos el camino hacia el circo de Gavarnie. 

No se ve nada de esta majestuosa pared de piedra que forma este afamado circo al que ya Victor Hugo dedicó esta frase: “Es la edificación más misteriosa de los más misteriosos arquitectos; es el coloso de la naturaleza: es Gavarnie». Pero  densas nubes cubren la parte superior ocultando a nuestros ojos este maravilloso espectáculo Patrimonio de la Humanidad.  

Resignados nos introducimos por  una ancha pista que discurre paralela a un rio, es fácil y muy hermosa así que caminamos por él rodeados de lomas vestidas de una densa vegetación.  

En un punto nos internamos en un bello bosque de hayas que oscurece el paisaje para salir en pocos metros de nuevo a la luz. Hay algunos repechos pero muy cortos. 

Cuando llevábamos una hora caminando, y viendo que la niebla era persistente y no iba a abrir, decidimos darnos la vuelta y regresar y no sé si definir esta decisión como rendición o resignación, a veces no encuentro la diferencia entre ambas palabras, aunque sí dejo este destino pendiente para regresar si un día se nos pone a “tiro”. Y ponemos rumbo a Cauterets, a donde nos encontramos ahora.  Y por supuesto renunciamos también al circo de Troumouse ya que las nubes cubrían esta zona también.

Cauterets es una afamada estación de esquí que dispone de dos áreas para autocaravanas y algunos camping. Elegimos un área y en alrededor de una hora llegamos (42.8865, -0.1153). Allí  contamos media docena de autocaravanas instaladas, la mayoría, sorprendentemente para nosotros, lo más cerca posible de la carretera, e incluso una con los cubos de basura a su puerta. Son 11,50 euros e incluye la luz y estamos necesitados de conexión así que antes de instalarnos por dos noches cargamos y descargamos agua y nos conectamos a la luz.

El día no parece malo y los pronósticos dicen que mañana va a estar lloviendo todo el día por lo que me planteo subir hoy al circo de Lys en la telecabina, pero, lo principal es que no nos apetece nada comer y salir corriendo al teleférico que cierra a las 17 horas,  y lo segundo, no tenemos garantizado que arriba esté libre de niebla, así que decidimos descansar y poco después nos fuimos a explorar esta localidad.

Nos sorprende que estamos casi en el centro de la localidad, y bajando dos tramos de escaleras junto a la piscina municipal, llegamos a una zona cuya arquitectura nos recuerda a la de los balnearios del siglo XIX. Hay muchos negocios de restauración, relacionados con el ski y tiendas de regalos.

Localizamos la telecabina, confirmando que podemos llegar caminando desde el área y regresamos para darnos una buena ducha. En nuestro regreso nos rencontramos con una catalana que conocimos en Payolle, y parece que su marido está en cama con un buen trancazo por lo que paseaba sola.  

Cauterets. Sabado, 1 de junio

Itinerario: Cauterets-Circo de Lys

Pernocta:  Area de autocaravanas de Cauterets (42.8865, -0.1153).11,50 euros


Noche muy tranquila y parece que la mañana nos da un respiro. Cuando abro el oscurecedor veo que está nublado pero no parece que las nubes estén bajas, cubriendo las cimas, así que nos preparamos con mucha tranquilidad para subir hacia el circo de Lys en telecabina.



La telecabina está a unos 5 ó 10 minutos caminando del área. Pagamos 11 euros cada uno y subimos prácticamente solos. Mientras lo hacemos contemplamos ya un hermoso panorama. Todo está tapizado de un verde brillante, espléndido. Admiramos un circo de crestas que se abren a la izquierda con un riachuelo que desciende hacia el valle.

Cuando llegamos lo que vemos es una estación de esquí, en verano. Laderas peladas de arbolado y cubiertas de verde y pistas que ascienden. Hay un telesilla que nos llevaría cerca de las crestas de Lys y del lago, pero nos da miedo con nuestra amiga peluda Tula. No sabemos cómo va a reaccionar y el telesilla carece de toda protección, así que decidimos ascender un poco para asomarnos al  circo que hemos visto mientras subíamos en la telecabina.

Una vez allí, contemplamos ahora directamente la belleza de este sitio y nuestra vista explora las cimas puntiagudas que tenemos frente a nosotros para descender al fondo, hacia Cauteret que se ve abajo, pequeñito como si de una maqueta se tratara. A nuestra compañera la notamos fatigada y suponemos que la altura la afecta.

Las nubes bajan, cubren el telesilla, pero luego se vuelven a abrir. Nosotros decidimos descender y como es pronto pensamos en acercarnos al Pont de España a unos 20 minutos en coche de donde estamos. Pero reflexionamos sobre el tiempo que nos va a llevar el desplazarnos, y antes, tenemos que cargar el agua gastada ayer. Y las 13 horas nos sorprenden. Añadimos la posibilidad de perder nuestra plaza en el área y aunque hay otra y camping nos invade la pereza, así que decidimos quedarnos y aplazarlo hasta mañana temprano. Y esperar a que la climatología nos respete ya que alrededor de las 18 horas las nubes han vuelto a posarse sobre las cimas cubriéndolas de nuevo. Los pronósticos para mañana son buenos, pero visto lo visto hasta ahora, no parecen ser muy fiables.

Hemos descansado y observado con curiosidad las “extrañas” agrupaciones de los franceses. De pronto se forman grupos de tres o cuatro charlando amigablemente y súbitamente, desaparecen todos y se queda todo en una extraña tranquilidad para luego, sin  un motivo aparente, volver a formarse estos curiosos grupillos. Yo me rio diciendo que me inquietan las reuniones de los franceses, y espero que no  piensen en a quien cortarle la cabeza. Es un mal chiste, pero es que hoy, es el tercer día de manifestaciones violentas por la muerte de un adolescente francés a manos de un policía y en las protestas queman lo que pillan, destrozan lugares públicos y privados, saquean….y hoy han detenido hasta casi un millar de jóvenes. Están pensando si decretan un estado de alarma.

A las 17,30  nos hemos ido a dar una vuelta y nos hemos acercado a la otra área de autocaravanas. Es plana (aquí estamos con calzos) y es más grande, pero a mi me gusta más esta y pese a estar cerca de la carretera que sube a pont de España, es muy tranquila.

Y hemos comprendido porque esta área está llena, por qué prefieren las plazas cercanas a la carretera y el por qué a alguna autocaravana no le ha importado ponerse al lado de los cubos de basura. Y es que el tour de Francia termina una etapa aquí el 6 de julio y el 7 la comienza para subir al pont de España, justo ambos días pasa por la carretera que está detrás, así es que los cubos de basura no les importan, solo que desde la autocaravana o lo más cerca de ella posible, cómodamente instalados, puedan disfrutar de este famoso tour. Y es que la mayoría son jubilados.

Del puente al lago. Domingo, 2 de junio

Itinerario: Cauterets-Puente de España-Lago Gaube- lago de Estaing

Pernocta:  Camping Lago Estaing. (42.9409, -0.1778).12 euros o 16 con electricidad


Pues volvemos a tener suerte con el día. Amanece algo nublado pero sin niebla en las cumbres así que después de desayunar tomamos la carretera que nos dirige al Pont de España.

Esta trepa hacia arriba con algunas curvas que cambian completamente de sentido, pero el firme es bueno y el ancho también. En nuestro ascenso vamos pasando por sucesivas cascadas cargadas de agua que desciende con gran fuerza, pero en unas no podemos parar y en otras, donde sí hay aparcamiento, decidimos dejarlo para el regreso. En 20 minutos escasos llegamos a la barrera que da acceso a un gran aparcamiento y que nos expide un papelito con la hora de entrada. El de autocaravanas está casi vacío.

Decidimos dejar a nuestra amiga peluda ya que no la encontramos hoy animada. Es posible que note el esfuerzo de estos días. Ha rechazado hasta su chuche preferida. Angel se preocupa. Yo también, pero esto ya lo ha hecho alguna vez que otra, sobre todo si está cansada y yo creo que ayer no la sentó muy bien el paseo a casi 2000 metros. No dejamos de tener presente que tiene más de 15 años. Es una venerable anciana y estamos atentos a cualquier signo. A veces creo que demasiado y nos alarmamos fácilmente.

Tomamos tickets para la telecabina y el telesilla, que nos dejará a unos 30 minutos del lago Gauve. Nos cuesta 16 euros a cada uno pero incluye el pago del aparcamiento. La persona que nos los vende habla un castellano fluido y agradecemos oir nuestro idioma.


La telecabina tarda en ascender unos cinco minutos escasos y desde ella vemos a nuestra izquierda unas impresionantes cascadas. Caminamos unos minutos  por un hermoso bosque de abetos y llegamos al telesilla. Aquí empleamos más tiempo en llegar. Se puede subir caminando pero la pendiente no es nada despreciable, aunque la ascensión no debe ser muy larga. Y vemos gente que sube con perros, y grandes en el telesilla. Los sientan  y los llevan bien sujetos. Nosotros no nos hubiéramos atrevido.

Una vez con los dos pies en tierra, comenzamos una caminata por una ancha pista plana y que en media hora nos deposita a los pies del lago Gaube, una autentica belleza. A él nos vamos asomando poco a poco hasta que se deja ver en todo su esplendor.

Está enmarcado por unas cumbres en las que se ven neveros y que se reflejan en las azuladas y transparentes aguas del lago. Muy hermoso y también mucha gente. Es domingo y es fácil llegar, combinación que sería explosiva en España. Y aquí algo menos. Hay un bar que ofrece comidas sencillas cuya terraza tiene unas hermosas vistas directas al lago.

Vemos gente que por la derecha, bordea caminando este lago. Nosotros decidimos regresar. 

Tomamos el telesilla pero en vez de subirnos en la telecabina, pensamos en acercarnos a las cascadas caminando y las alcanzamos en pocos minutos.  Son muy hermosas y el agua baja con una fuerza sobrecogedora. Parece que estamos cerca del aparcamiento, así que decidimos bajar lo que nos queda caminando y en nuestra senda vamos encontrando algún bonito lugar bañado por las fuertes aguas del  río que estruendosamente se desplaza montaña abajo.

Cuando llegamos a la autocaravana vemos que nuestra amiga está un poco más animada y toma chuches y sus medicinas. Así que más tranquilos iniciamos el camino hacia el lago de Estaing a una hora y media de aquí.

Descendemos con la idea de detenernos unos minutos en las cascadas que hemos visto mientras subíamos, pero a estas horas no hay ningún hueco para estacionar.

Dejamos atrás el área y tomamos parte  del camino que hicimos para llegar y por un momento siento la tentación de desviarnos hacia Gavarnie y hacer otro intento. Pero ya no. Es, como si la magia se hubiera esfumado. Quizás en otro momento pero después de haber pasado allí dos noches y haber caminado algo, no me sentía atraída así que esa tentación duró tan solo unos segundos.   Se quedará pendiente para otra vez que volvamos por aquí, si la vida nos da la oportunidad. Así que tomamos la carretera que se interna en el valle y que nos depositará al final de ella en un lago como fondo de un hermoso valle tapizado de verde.

La carretera hasta llegar a este lago es buena, pero de tamaño justito y con buena visibilidad, así que solo sería conflictiva en algunos puntos concretos  de encontrarnos con alguna autocaravana o vehículo grande. Pero afortunadamente esto no ocurre.

Dejamos atrás unas cuantas casas que forman un pueblo y la carretera va discurriendo por el valle que se abre. Un grupo numeroso de vacas que tranquilamente se desplazan por la carretera nos detienen y alguna nos golpea el retrovisor. Mejor plegarlo para evitar disgustos.

Reanudamos la marca y en poco tiempo llegamos al lago. Cuando lo hacemos vemos coches aparcados alrededor del él y al final de la carretera encontramos  la entrada al camping que se encuentra en un lugar precioso, de una belleza de postal, con enormes abetos, avellanos, tapizado de un verde intenso y abajo, junto al lago (42.9409, -0.1778).  

Nos cuesta 16 euros con electricidad  y sin ella serian 12. Elegimos la zona más cercana al lago junto a un enorme abeto, pero en realidad el camping, pequeño, tiene rincones muy hermoso y para todos los gustos: entre árboles, sin ellos, junto a un pequeño arroyo, más alejado del prado o más cerca...Su ocupación es bastante baja. Parece un lugar tranquilo del que nos enamoramos en cuanto lo vemos.

Con tranquilidad nos instalamos y observamos el entorno. Frente a nosotros se abre un hermoso prado por el que discurre el río que alimenta el lago. Una montaña se yergue rozando el cielo. Es un valle estrecho por lo que parece que la podemos tocar. Por detrás, también más cumbres, no muy altas, que enmarcan este valle glaciar.

Decidimos quedarnos un día más,  si no llueve,  descansando, admirando el entorno, incluso aunque llueva, el sitio es de una gran belleza y tranquilidad, pese a  que a 50 metros tenemos unos alemanes de cuya autocaravana solo veo salir niños y que no sé si habrán conseguido variar el curso del arroyo ya que cuando hemos salido estaban sacando piedras enormes de él.

Después de comer y descansar salimos a explorar un poco este maravilloso entorno. Hemos caminado por un sendero que se aleja del lago y que se introduce en el valle. Es muy cerrado  con unas pendientes muy pronunciadas y arboladas y eso mismo le dota de una gran belleza.

Caminamos los justito para estirar las piernas y regresamos a darnos una buena ducha. Mientras lo hacemos nos responde al whatssap nuestro amigo Carlos que ya se encuentra en Jaca para pasar el verano. Le haremos una visita a nuestro regreso, de lo cual, se ha alegrado mucho.



El paraiso. Lunes 3 de junio

Itinerario: Lago Estaing

Pernocta:  Camping Lago Estaing. (42.9409, -0.1778).12 euros o 16 con electricidad

Cuando abro un oscurecedor compruebo que es un día muy hermoso, con cielos  azules y muy luminoso. El sol resalta aún más los tonos verdes que nos rodean por todas partes, los de la hierba, los juncos, los avellanos, las hayas, los espinos, los abetos….Y las vacas, rubias, dan cierta nota de color en este paisaje casi monocromático. Girones de nubes parecen jugar en las laderas de las montañas, cubriéndolas  y luego, despejándose.

Desayunamos y nos preparamos para adentrarnos en el valle durante 1 hora más o menos, lo que hará con la vuelta 2 horas o 2,30 de paseo. Nos llevamos a nuestra amiga peluda, una anciana de más de 15 años por lo que seguiremos su ritmo, pero la viene muy bien caminar.

La ancha senda se interna por un valle en forma de “uve” casi perfecta y ahora discurre sin apenas desnivel. Pero en poco comenzamos a ascender muy suavemente. Las vistas desde aquí sobre el valle son preciosas y es que casi es de foto o de escenario de una película. La temperatura es buena aunque cuando deja de soplar la brisilla, hace calor y cuando paramos buscamos  la protección de la sombra.  El valle comienza a cerrarse, las laderas se acercan cada vez más y por el fondo discurre un arroyuelo. Más al fondo vemos unas cimas con un par de neveros.

Nuestra amiga, que ha comenzado muy alegre, parece que ahora va más cansina. No trota, camina solo, así que cuando más o menos hemos andado poco más de una hora y más de 3 km, decidimos regresar. Con ella paseamos diariamente unos 45 o 50 minutos y unos 3 km. Ahora llevamos casi el doble y cuesta arriba, así que tenemos que cuidarla y no forzarla, porque hasta ahora, jamás ha dicho que no.

A nuestro regreso disfrutamos de lo que son paisajes de poster, un verde valle en forma de V casi perfecta, laderas arboladas, y al fondo un lago. Una belleza.

Ya en el camping, sacamos el toldo y las sillas. Qué paz. Que lujo y que suerte disfrutar de esto, iba a decir que lujo sencillo, pero cada vez es más difícil encontrar lugares así, donde solo oímos el canto de los jilgueros, de los que debe haber muchos. También se acercan pinzones, una parejita. Una delicia, un bálsamo para el alma. Una suave brisa nos acaricia de vez en cuando y el sol brilla fuerte. A veces, cuando la brisa se para, tenemos calor y nos cobijamos debajo del toldo, pero enseguida, tenemos frio y volvemos a salir al sol.

Y en esto se nos hace la hora de comer. Y disfrutamos de nuestra comida en el exterior, rodeados de esta belleza de la que intento empaparme porque mañana, dejaré de disfrutarla y creo que tardaré mucho en encontrar un sitio de esta belleza, tranquilidad y sencillez.


El hecho de que la carretera acabe aquí ayuda a que estemos rodeados de paz. El camping es muy sencillo, es más, quizás necesitaría algún repaso, como reponer luces exteriores que por la noche no hay ninguna donde estamos, pero para nosotros es suficiente, no necesitamos más. Lo único que “necesitaríamos” y entre comillas es darnos una ducha caliente y disponemos de tres y limpias, aunque antiguas.

Después de comer descansamos un rato y venciendo nuestra pereza nos vamos a dar un paseo ahora alrededor del lago, bueno, por uno de sus lados ya que por el otro discurre la carretera. Ahora han aparecido ya nubes que por algunos sitios cubren las cimas. En nuestro paseo nos internamos en un túnel de avellanos, corto, pero bonito. En el lago vemos bastantes parejas de azulones y oímos también pájaros pero no somos capaces de ponerles nombre. Esta vez el paseo lo hemos hecho solo nosotros y hemos dejado a nuestra peluda descansando.


De regreso nos damos una ducha y descansamos hasta que nos llegua la hora de cenar. Ahora las nubes, al igual que ayer por la tarde, van descendiendo por las laderas de las montañas como si quisieran engullirnos en ellas, pero al menos ayer se quedaron a media ladera y no llegaron al valle

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